Ingredientes:
- 300 gr. de calabaza dulce.
- 150 gr. de harina de trigo.
- 15 gr. de levadura fresca.
- Aceite de girasol.
- Azúcar blanco.
Preparación:
Retiramos la cáscara de la calabaza, la troceamos y la hervimos en un cazo. La escurrimos cuando esté tierna y reservamos el caldo del hervido.
Colocamos los trozos de calabaza en un recipiente grande y los machacamos con la ayuda de un tenedor hasta conseguir una pasta.
En un vaso, agregamos 2-3 cucharadas de caldo templado y disolvemos la levadura en él, mezclando bien. Incorporamos la harina al recipiente donde se encuentra la calabaza y, seguidamente, añadimos la levadura mezclada con el caldo. Mezclamos y corregimos de líquido añadiendo más caldo con cuidado, hasta conseguir una masa con textura de papilla espesa y un tanto pegajosa.
Dejamos la masa reposar unos 30 minutos, hasta que doble su volumen.
Transcurrido el tiempo necesario para que la masa leve, calentamos una sartén con abundante aceite de girasol.
Nos manchamos las manos con un poco de harina, o bien, nos las mojamos ligeramente con agua. Cogemos trozos de masa con las manos, hacemos bolas ayudándonos con las palmas, de un tamaño equivalente a algo más que una cucharada y haremos el agujero del centro con el pulgar. Vamos friendo los buñuelos en el aceite muy caliente, cuidando que se doren lo justo.
Para terminar, escurrimos bien los buñuelos de aceite y los rebozamos en azúcar blanco, aunque si lo prefieres, puedes comerlos sin azúcar.
Notas / Variantes:
Puedes añadir un poco de canela en polvo al azúcar para rebozar.
Si se te hace muy difícil manipular la masa, también puedes hacer los buñuelos sin agujero, formando las bolas con la ayuda de una cuchara sopera.